28 diciembre 2006

teatriz

Siguiendo el dicho de una vez al año no hace daño, Arioch y yo, una vez al año, nos ponemos nuestras mejores galas y vamos a un sitio bonito a celebrar nuestro aniversario (y mi cumpleaños, que tienen una diferencia de un día).

El sitio que elegimos anoche se llama Teatriz, está en la madrileña calle Hermosilla, y pertenece al grupo Vips. Está construido en lo que antes era el teatro Beatriz, y conserva la misma distribución y encanto de los pequeños teatros antiguos (me recordó mucho al teatro Principal de Zamora).

El restaurante está en el patio de butacas, y en lo que antes era el escenario hay ahora una barra con un barman haciendo malabarismos con botellas y hielos para acabar convirtiéndolos en cócteles.

La carta incluye estilos muy diferentes y algunos platos bastante originales. A mí me llamaron mucho la atención los cocinados con chocolate. De hecho, acabé pidiendo uno.

Arioch tomó una ensalada del César con anchoas y solomillo de atún a la plancha. Yo, rollitos de pato confitado y vieiras crujientes. Las vieiras venían acompañadas de pasta de chocolate y una salsa, también de chocolate, que producía un efecto curioso al combinarlo con las vieiras. Soy amante del chocolate en los dulces, pero está visto que sirve para muchas otras cosas (y yo ya debería saberlo, después de años comiendo los spaguetti con cacao de mi madre).

El precio se sale un poco del presupuesto habitual para salir a cenar un sábado por la noche, pero es aceptable para ocasiones especiales en las que disfrutar de un entorno íntimo y diferente.

Y además, consigues puntos Vips :P

10 diciembre 2006

krasopoulio

http://www.hit360.com/krasopoulio/en/

En el viaje a Atenas estaba decidida a disfrutar al máximo de la gastronomía local. En anteriores viajes de presupuesto más limitado (es decir, cuando era estudiante) tuve que subsistir casi a base de bocadillos de perejil (es una exageración, pero sí que hubo un bocadillo de perejil en una ocasión). Así que, esta vez, sí que consulté la sección de restaurantes recomendados de la guía de viaje.

Así es como dimos con Krasopoulio, un pequeño restaurante del barrio de Psiri. Tiene dos plantas y una terraza (poco recomendable en invierno, pero sin duda encantadora en verano), y está totalmente decorado con fotos, recortes y objetos antiguos.

La carta incluye platos típicos con berenjena, salsa de yogur y miel, carne a la parrilla y el clásico souvlaki.

Acompañamos la comida con un retsina (que, por cierto, nos gustó tanto que acabamos trayendo cuatro botellas iguales a casa) y el delicioso pan. Sí, me refiero al pan que te ponen en todos los restaurantes en una cestita... pero que allí he disfrutado como nunca. El que nos pusieron en Krasopoulio tenía semillas de sésamo, pero en otros restaurantes lo hemos tenido de diversos tipos.

El único punto negativo que encontré fue la carta de postres. No es culpa del restaurante, creo que, incluso para una amante de los dulces como yo, la repostería típica griega es demasiado empalagosa. Hojaldres con miel y jalea son su fuerte. Acabé pidiendo discretos pasteles de chocolate para evitarlos.