teatriz

Siguiendo el dicho de una vez al año no hace daño, Arioch y yo, una vez al año, nos ponemos nuestras mejores galas y vamos a un sitio bonito a celebrar nuestro aniversario (y mi cumpleaños, que tienen una diferencia de un día).

El sitio que elegimos anoche se llama Teatriz, está en la madrileña calle Hermosilla, y pertenece al grupo Vips. Está construido en lo que antes era el teatro Beatriz, y conserva la misma distribución y encanto de los pequeños teatros antiguos (me recordó mucho al teatro Principal de Zamora).

El restaurante está en el patio de butacas, y en lo que antes era el escenario hay ahora una barra con un barman haciendo malabarismos con botellas y hielos para acabar convirtiéndolos en cócteles.

La carta incluye estilos muy diferentes y algunos platos bastante originales. A mí me llamaron mucho la atención los cocinados con chocolate. De hecho, acabé pidiendo uno.

Arioch tomó una ensalada del César con anchoas y solomillo de atún a la plancha. Yo, rollitos de pato confitado y vieiras crujientes. Las vieiras venían acompañadas de pasta de chocolate y una salsa, también de chocolate, que producía un efecto curioso al combinarlo con las vieiras. Soy amante del chocolate en los dulces, pero está visto que sirve para muchas otras cosas (y yo ya debería saberlo, después de años comiendo los spaguetti con cacao de mi madre).

El precio se sale un poco del presupuesto habitual para salir a cenar un sábado por la noche, pero es aceptable para ocasiones especiales en las que disfrutar de un entorno íntimo y diferente.

Y además, consigues puntos Vips :P

krasopoulio

http://www.hit360.com/krasopoulio/en/

En el viaje a Atenas estaba decidida a disfrutar al máximo de la gastronomía local. En anteriores viajes de presupuesto más limitado (es decir, cuando era estudiante) tuve que subsistir casi a base de bocadillos de perejil (es una exageración, pero sí que hubo un bocadillo de perejil en una ocasión). Así que, esta vez, sí que consulté la sección de restaurantes recomendados de la guía de viaje.

Así es como dimos con Krasopoulio, un pequeño restaurante del barrio de Psiri. Tiene dos plantas y una terraza (poco recomendable en invierno, pero sin duda encantadora en verano), y está totalmente decorado con fotos, recortes y objetos antiguos.

La carta incluye platos típicos con berenjena, salsa de yogur y miel, carne a la parrilla y el clásico souvlaki.

Acompañamos la comida con un retsina (que, por cierto, nos gustó tanto que acabamos trayendo cuatro botellas iguales a casa) y el delicioso pan. Sí, me refiero al pan que te ponen en todos los restaurantes en una cestita... pero que allí he disfrutado como nunca. El que nos pusieron en Krasopoulio tenía semillas de sésamo, pero en otros restaurantes lo hemos tenido de diversos tipos.

El único punto negativo que encontré fue la carta de postres. No es culpa del restaurante, creo que, incluso para una amante de los dulces como yo, la repostería típica griega es demasiado empalagosa. Hojaldres con miel y jalea son su fuerte. Acabé pidiendo discretos pasteles de chocolate para evitarlos.

La Sacristía

Ese es su nombre.
Pero no encontrarás sacerdotes ni ornamentos de culto.
Pescadito frito y Marisco, reza el subtítulo. Y es que la Sacristía, en el corazón de Logroño es un bar-taberna andaluz, con su decoración sus fotografías y cuadros y un camarero argentino. La carta de tapas es muy buena. La calidad, muy muy rica. Y si quieres, puedes comer de menú, por sólo 10 euros.
Todo, acompañado, esto no hay que decirlo, de muy buen Rioja.

Es más, aunque nos salgamos del espíritu de Proyecto: gourmet, en la misma calle Portales, justo antes de entrar en La Sacristía, está la ferretería La Inglesa. Hay que verla. Tiene 100 años y al dueño le gusta Valencia.
Y ya que enfrente nos queda la Catedral, pues una visita no está de más. Eso no lo hicimos nosotros. Pero intuíamos que ahora sí, en la sacristía, nos encontraríamos con sacerdotes y ornamentos de culto.

mater asturias

Mater Asturias es un asturiano que hay en Salamanca, junto a la Plaza Mayor. Tiene un aspecto demasiado fashion para tener sabor a asturiano auténtico, y la omnipresente manzana llega a ser agobiante, pero el resultado es bastante positivo: raciones grandes, con una presentación trabajada, y el plus de poderte servir tú mismo tu propia sidra (cada mesa cuenta con un sofisticado escanciador donde se coloca la botella y se escancia sin ensuciar ni desperdiciar una sola gota).

Y la fabada, para los amantes de lo tradicional, está muy rica.

La foto es de la ensalada de queso de cabra.

la bicha

"La Bicha" es la visita inexcusable para Arioch cada vez que nos acercamos a León a ver a mi suegra. De los bares del Húmedo, es el único en el que, cuando salimos de cañas por la noche, hay que entrar sí o sí.

Es un bar muy pequeño regentado por un curioso personaje. Trabaja solo, lo hace todo solo. Él toma pedidos, cocina, sirve, recoge los platos, limpia, echa el pestillo cuando el local está muy lleno y lo vuelve a abrir cuando se va vaciando para permitir la entrada a más gente. Y ¡ay de ti! como se te ocurra intentar echarle una mano, por ejemplo, acercando unos vasos vacíos a la barra para que no tenga que salir a por ellos. Menuda bronca te echa. ¿Voy yo a tu casa a limpiarte? Pues no andes haciendo mi trabajo, dice. Siempre está lleno, siempre hay cola en la puerta para entrar, a pesar de las ocasionales muestras de mal humor del propietario.

Y todo esto, ¿merece la pena? ¿Por qué? La respuesta es una única palabra: morcilla. Sirve otras raciones, como la de lomo, pero lo que le da la fama a La Bicha es la morcilla, picante y fuerte.

Por cierto, creo que todavía tenemos en el congelador alguna morcilla como las que sirven allí. No es lo mismo que tomarla allí mismo, pero hasta el próximo viaje, hace el apaño :)

En León, en la plaza San Martín nº 4.

rasputín

http://www.interocio.es/rasputin/

Uno de los primeros restaurantes que conocí de Madrid cuando vine fue el Rasputín. No había vuelto desde entonces.

Es un restaurante ruso de la calle Yeseros. La decoración parece deliciosamente anticuada, la pintura tiene un color que parece viejo sin serlo, las paredes están abarrotadas de cuadros con motivos rusos, y las repisas de las ventanas están flanqueadas por frondosas macetas. Hasta los baños tienen su encanto: el de hombres tiene en la puerta un cascanueces, y el de mujeres, una matrioshka.

Sí, tienen ensaladilla rusa (selianka). Sin embargo, no se parece en nada a la que comemos por aquí. A mí, personalmente, no me gusta (me da la sensación de que contiene algo crudo que le da un sabor bastante peculiar, deben de ser los ahumados), pero Arioch la devoró en un santiamén. Las carnes de caza son excelentes, recomiendo el avestruz al oporto y el ciervo eslava, y de parte de Arioch, el clásico steak tartar (que, desde mi punto de vista, es igual que nuestros filetes rusos de toda la vida antes de pasar por la sartén).

No resulta barato, pero de vez en cuando es bueno darse un capricho coronado con una vatruska y una tarta Irina ;)

mayser

Mayser es una cervecería de la calle Sambara de Madrid. Antes cenábamos allí día sí y día también, porque nos pillaba al lado de casa. Ahora tenemos que racionar las visitas un poco más.

De hecho, empezamos a frecuentarla sólo porque estaba al lado de casa. Y fue nuestro mejor descubrimiento. El pincho que regalan con la caña es más que decente, y además puedes complementarla con una amplia carta de raciones y tostadas.

Mi selección personal es una ración de trigueros a la sal (los hacen como nadie), una tostada de mousse de oca con mermelada de frambuesa y otra de queso de cabra con miel y nueces.

Zuheros

Zuheros es un pequeño pueblo en la Cordillera de la Subbética. Los cerca de 900 habitantes deben tener los gemelos duros como escarpias (no sé si pega) porque las calles empinadas son muy empinadas. Valga el epíteto.

El caso es que junto al castillo árabe del siglo IX y el mirador a toda la campiña de olivos, está el restaurante del pueblo. Sentarse en la terraza y tomarse un café con aquella vista al frente es un lujo, pero uno piensa siempre que estos sitios, donde hay alemanes, ingleses y pocos, poquitos lugareños es por algo.

Así que probamos para comer el mesón, que hay subiendo una cuesta empinada que sube hasta la parte más alta empinada en lo alto del pueblo. Recomendado subir con botellín de agua. Cogiendo la carretera que sube hacia la Cueva de los Murciélagos, pero aún en el pueblo, enfrente del Museo de Costumbres y Artes Populares, está el Mesón. Y bueno, ahí sí nos encontramos con los trabajadores que fumaban cigarros y bebían café. Una pareja que apuraba el postre. Y decidimos probar un poco de la comida casera. Nada del otro mundo. Pero todo con un toque auténtico (ensalada, croquetas caseras, solomillo de cerdo a la pimienta, queso de Zuheros al horno). Servicio rápido y precio muy asequible.

Si vas a Zuheros, ya sabes.

Y lo mejor. Al salir del Mesón, todo es bajada.

iii feria de la tapa

Este fin de semana hemos disfrutado de la III Feria de la tapa de Madrid Sur en Leganés (¡¡¡al ladito al ladito de la calle de AC/DC!!!). El año pasado ya me enteré de su existencia, pero no pude acudir, así que este año no me lo quería perder... y ha sido todo un éxito.

El funcionamiento es muy sencillo. Tú llegas, cambias dinero por unas moneditas que parecen sacadas de un Monopoly (cada ficha, un euro), y luego cambias las moneditas por comida y bebida. Cada pincho o bebida, una ficha. Y ya te puedes poner ciego a pinchos :D

No pude probar todos los que me habría gustado, pero había algunas delicias como sushi de chistorra o profiteroles de mermelada de tomate con aceite de jamón ibérico.

El paraíso de los amantes de las tapas. Me llevé una buena colección de tarjetas de los establecimientos participantes para futuras visitas gastronómicas ;)

o lar de gumter

Ayer quisimos cenar en uno de nuestros restaurantes favoritos, que está muy cerca de donde vivíamos antes (y al que no hemos vuelto desde que nos mudamos). Hace unos cuantos meses ya vimos reducida la oferta de dos restaurantes en la zona a uno solo (con gran disgusto por nuestra parte). Y ayer, al llegar, nos encontramos con el local transformado en otro restaurante completamente distinto.

Adiós al pulpo “a’ rella” y a los croquetones que habían estado anticipando mis jugos gástricos
No podía creerme que un sitio con una carta tan buena hubiera desaparecido sin más, así que lo he buscado en Internet y lo acabo de encontrar. No sé cuándo habrán actualizado la página, pero da dos nuevas direcciones Será cuestión de investigar…

Por si a alguien le interesa probar comida gallega con un toque especial: http://www.olardegumter.com/

iboo

Anoche intentamos cenar en algún sitio de la zona de Chueca (en concreto en algún restaurante que ya hemos probado antes y que nos gustó mucho), pero sin una reserva previa teníamos complicado lo de encontrar mesa. Así que paseando paseando acabamos en la calle Génova (bastante cerca de la sede de cierto partido político).

http://www.iboo.es

Fue toda una sorpresa, ninguno sabíamos que existía, y nos alegró la cena. Echadle un vistazo a la página, podéis ver fotos (y precios) de algunos de sus platos. Y no se abarrota, como Chueca :P